lunes, 28 de junio de 2010

"El manzano prohibido"

En el edén de mi sueños
te miré desnudo y quieto,
yo sentada sobre un árbol
de manzano suspiré...
"Qué belleza la de un hombre
puede ser?" Me pregunté a mi misma,
entonces entendí que sin tí
lo bello no es bello.
Bajé silenciosamente por
el tronco de ese árbol,
y escondida detrás de matorrales
observaba tu cara y tu cuerpo bañados
en manantial.
El reflejo de la luna
favorecía el espectáculo,
sin resistir tentasiones te admiré
de suelo a cielo...
Una manzana cayó sobre mis pies,
para ese pequeño instante
ya me habías descubierto,
callado te acercaste,
me miraste lentamente,
rejuntaste el fruto
y la pusiste sobre mi mano...

No tuvimos que morder la manzana
para cometer el pecado.