martes, 27 de enero de 2009

Yo, Vida

Desde que era pequeño he vivido con muchos amigos
y entre ellos, mis familiares.
Papá decía que un día al año, los humanos celebraban felizmente entre todos
y que algunos de nosotros tenía la suerte de convivir con ellos.
Mi mamá insistía en que a cada minuto pusiera lo mejor de mí
para verme más hermoso y así poder ser uno de los afortunados.

Cada mañana hacía crecer más mis ramitas y hojitas
brindandoles un color verde, un verde que ningún otro pudiera dar.
Mis compañeros se burlaban de mí diciéndo que nunca me iban a elegir las personas.

Pasaba el tiempo y solo miraba como se llevaban a algunos y a otros no,
lo que era un poco extraño era que a los afortunados les dolía un poco al momento de cortarlos, pero no le tomaba mucha importancia porque "la belleza cuesta" no es así?
y lo único que hacía era despedirme de ellos y desearles buena suerte.
Papá me contaba historias grandiosas sobre ese día del año, me decía que a los que se llevaban
los vestían con luces y cistales de colores preciosos, que ponían bajo ellos cajas envueltas en papel brillozo con muchos adornos y que los humanos pequeños jugaban y reían con ellos.
Esto me provocaba más mis ganas por ser un elegido, mi entuciasmo era mayor.

Un día, regresaron los hombres nuevamente a nuestro bosque, con sus brazos mecánicos dispuestos a llevarse a otros de nosotros. Yo decidí alzar mis ramas verdes para llamar su atención... y qué creen? lo había logrado!
Uno de ellos se me acerco y puso su brazo cerca de mis raices, sentí un pequeño dolor y en cuestión de segundos ya estaba boca a bajo. Me encontraba muy emocionado! y les dije a mis papás - Miren! Miren! al fin soy un elegido gracias a ustedes !- Papá y Mamá estaban muy contentos, y mientras me alejaba de ellos me decían que me amaban y que me portara amable.

El camino hacia mi futuro hogar fue muy largo, primero me subieron a un camion de carga donde estuve horas y horas recostado, después me pusieron en un lugar donde habían muchos otros pinos de mi edad. Me sorprendí mucho porque todos eran muy elegantes y atractivos pero me sentía seguro porque yo fui uno de los ellos.
Estuvimos ahí días y noches, veíamos que humanos diferentes entraban y salían, algunos se llevaban a compañeros, mientras yo seguía ahí extendiendo mis encantos.

Un hombre que siempre se quedaba comenzó a rociar con una nieve blanca a unos cuantos de nosotros. -Que linda vestimenta!- dije - y mi autoestíma era elevada aún más.
Ya se acercaba el día que más anhelava, cuando de repente una familia vino hacia mí, y yo, para ser educado, me presenté diciendo -Hola, mi nombre es Vida- una pequeña niña me sonrió y dijo - mamá yo quiero éste- y me llevaron con ellos. Yo, más que nunca, me entontraba radiante y dichoso pero sobre todo feliz!.

Lo mismo que me contaba mi papá fue lo mismo que hicieron conmigo, fue increible! todos cantaban, reían, abrían las cajas que estaban debajo de mi, tocaban mi luces, mis cristales y decían - que bonito huele - y eso que no me había caido agua desde la última lluvia con mis amigos.
Se podría decir que era una noche perfecta, sin embargo, después de estar unas cuantas semanas junto a mi nueva familia, me empezaron a quitar mis prendas y me sacaron de su hogar - al fin - dije -ya tenía buen rato que no miraba el sol, ya lo necesitaba! - me llevaron a pasear un rato y después me pusieron en otro lugar, parecido al que tenía cuando me pusieron la nieve. Ahí habían otros árboles
pero éstos se miraban desgastados, casi sin vída, algunos no estaban de pie. Parecía un cementerio de pinos.
De pronto miré que mi familia se iba en su coche, yo les grité - Esperen! aún estoy aquí!, regresen! no se olviden de mí! - pero fue en vano. No me escucharon.
Aquí me quede, en "El cementerio de pinos", y me encuentro esperando mi muerte boca arriba, un poco adornado de nieve, con un color cafe viejo y pocas hojas. En veces, personas recogen algunos de nosotros, después de aquellos días de "felicidad" pero son solo unos cuantos los que se van, a otras personas los queman sin piedad alguna y festejan mientras mis compañeros estan en llamas.
Nunca me imaginé que fuera de esta manera el final de mis días, nunca pensé que mi última familia no me amaría.

Hoy te cuento esta historia, por si tienes pensado tener en tu hogar a uno de nuestra especie, ámalo, cuídalo y si a caso ya no puedes tenerlo en casa, regalalo a alguien que pueda necesitar de ellos, dejalos con alguien donde nosotros podamos morir felizmente.

lunes, 26 de enero de 2009

Predilección

Mirada Caida
gotas saladas
boca muda

Tiempos de espera
manos frias
uñas desgastadas
habitación sin vida
mar de pensamientos

Tristeza en las venas
soledad en los pulmones
piel insaciable
distancia odiada

cae la noche
palabras al cielo
cae el día
mantener la esperanza

5 días
ruinas en mis templos
2 días
estimar tu precencia

Fabian
Siempre en mi mente

domingo, 11 de enero de 2009

La vida de siempre

manejando por las calles,
después de un trabajo ajitado.
Parece que los minutos son horas y la paciencia se agota,
de pronto te artas del sonido del coche,
de los altos y personas que se atraviesan
sin razonar, pero les importa un bledo lo que pase por tu mente,
si bien me gustaria revelar mi lenguaje silencioso en algunas ocaciones.
ya quieres llegar a casa, pero el caos se hace cada vez más grande,
con el ruido perturbante del claxon trasero y la viejita que se atravieza en el semaforo rojo.
cabe mencionar que el sol no ayuda de nada, solo provoca que el sudor te pique más el cuerpo.
Para tranquilizar un poco el alma prendes la radio, pero vaya sorpresa, los comerciales sin fin, promocionando productos de mercados que aún no me toca vivir.
Al fin la luz verde que tanto esperaba, el trafico un poco lento, es increible como se van formando comunidades de autos, tamaños y colores en sólo tres carriles. Te sientes estancado, ni a la izquierda, ni a la derecha, solo esperar para pisar el acelerador.
Ya vas avansando y logras pasar el anaranjado, algunas veces es conveniente no respetar las reglas, te acercas a tu territorio y te sientes mas tranquilo.
Ya conoces donde estan los baches, los esquivas y desaceleras cuando se acerca el tope.
Que mejoría de ánimo! por fin en casa. Preparandote una vez más para luchar contra el tiempo que se enfrentará a tí el día de mañana, pero la pregunta es: Y ahora con qué escena me sorprenderá la vida?
Eso amigos, es lo que la hace intereante.