domingo, 11 de enero de 2009

La vida de siempre

manejando por las calles,
después de un trabajo ajitado.
Parece que los minutos son horas y la paciencia se agota,
de pronto te artas del sonido del coche,
de los altos y personas que se atraviesan
sin razonar, pero les importa un bledo lo que pase por tu mente,
si bien me gustaria revelar mi lenguaje silencioso en algunas ocaciones.
ya quieres llegar a casa, pero el caos se hace cada vez más grande,
con el ruido perturbante del claxon trasero y la viejita que se atravieza en el semaforo rojo.
cabe mencionar que el sol no ayuda de nada, solo provoca que el sudor te pique más el cuerpo.
Para tranquilizar un poco el alma prendes la radio, pero vaya sorpresa, los comerciales sin fin, promocionando productos de mercados que aún no me toca vivir.
Al fin la luz verde que tanto esperaba, el trafico un poco lento, es increible como se van formando comunidades de autos, tamaños y colores en sólo tres carriles. Te sientes estancado, ni a la izquierda, ni a la derecha, solo esperar para pisar el acelerador.
Ya vas avansando y logras pasar el anaranjado, algunas veces es conveniente no respetar las reglas, te acercas a tu territorio y te sientes mas tranquilo.
Ya conoces donde estan los baches, los esquivas y desaceleras cuando se acerca el tope.
Que mejoría de ánimo! por fin en casa. Preparandote una vez más para luchar contra el tiempo que se enfrentará a tí el día de mañana, pero la pregunta es: Y ahora con qué escena me sorprenderá la vida?
Eso amigos, es lo que la hace intereante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario